People say I only hear what I want to, that much is true [Bellatrix]

Estaba tan aburrido de repetir la misma rutina cada maldito día de mi vida, siempre era lo mismo, acudir a clases, hacer los deberes (si así se le pude llamar a copiarlos de los demás), y no hacer nada interesante el resto del día. Normalmente la pasaba fuera de la sala común, haciendo una que otra broma a algún desprevenido que no perteneciera a Slytherin.

Me puse una chaqueta color gris oscuro junto a la bufanda que todos los de Slytherin teníamos, guarde mi varita en una de las bolsas traseras de mis vaqueros y salí de la mazmorra ignorando a todas las personas que había a mi alrededor. Conocía algunos pasadisos que llevaban hacía Hogsmeade, el lugar al que tenía planeado ir, entre al angosto pasillo sin dejar de mirar a mis espaldas, ya que no quería que nadie me siguiera o me viera y fuera con el chisme a algún profesor o algún prefecto que no pertenecierá a mi casa.

Llegue al pueblo un cuarto de hora más tarde, ya que en todo el camino caminé sin prisa alguna. Al lleguar a la salida el fresco aire de invierno revolvío mi oscuro cabello, tomé el aire que mis pulmones me permitían y cerre mis ojos esbozando una pequeña sonrisa.
El lugar estaba lleno de gente, la mayoría haciendo los preparativos para navidad, la cuál se acercaba con muchisima prisa. De vez en cuando sentía algunas miradas a mis espaldas, pero no les preste la mínima atención ya que no me importaba en lo más mínimo que la gente me viera fuera del colegío a estas horas. Miré a mi alrededor, aún no sabía a que lugar entraría, había un montón de cosas que hacer en Hogsmeade; pero aún así al ver a dos hombres con unas deliciosas cerbezas de mantequilla me decidí. Si iría al lugar en el que podía encontrar aquellas bebidas, aquel lugar era Las Tres Escobas, en lo personal, aquel lugar era mi favorito en aquel pueblo.

Entre al local mirando a todos los presentes con indiferencia, no me interesaban en lo más minimo aquellas personas. Detuve mi mirada al ver un cabello que conocía perfectamente, si aquella chica era Bellatrix Black, la prometida de mi hermano.
Me acerque a ella sigílosamente y puse mis manos en su cintura.
-¿Conque fuera del colegío Black?- le dije a la chica al oido. Bueno ahora estaba seguro de que no la pasaría mal, con ella siempre había diversión de antemano.

-CERRADO-