Egg Augea {Normal}

5º año en Hogwarts

Es el quinto año para Harry Potter en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. La vuelta a las clases resulta extraña para él, pues casi todos los alumnos lo toman por loco. Además, la credibilidad de Dumbledore ha sido minada debido a los terribles sucesos que tuvieron lugar durante la prueba final del Torneo de los 3 Magos en el curso anterior.

Mientras el señor Tenebroso organiza de nuevo a su ejército de Mortífagos fuera de Hogwarts, de puertas para adentro el Ministerio ha conseguido inmiscuirse a través de una odiosa Umbridge. Dumbledore debe conseguir llevar a cabo sus investigaciones bajo el mismísimo ojo de quienes prefieren atacarlo a él en lugar de admitir que Voldemort ha regresado.

Para ello ha ideado un gran plan de distracción. Mientras que todo el colegio se encuentra apagado, creyendo que su director chochea o, en el peor de los casos, que tiene razón y Quien-vosotros-sabéis ha regresado, Dumbledore decide organizar una serie de actividades que mantengan distraída a Umbridge y ocupados a sus alumnos.

En la primera cena de bienvenida del curso espera a que la profesora Dolores Umbridge termine de pronunciar su discurso para añadir unas cuantas palabras más.


“En estos tiempos oscuros debemos permanecer más unidos que nunca. Habrá quién trate de romper nuestros lazos pero, si estos son fuertes, resistirán. Y nunca hemos de perder la esperanza, es más fácil ver el final cuando carecemos de esperanzas o alegrías, y no debe ser así.

Por ello este año hemos organizado un nuevo torneo interno. No habrá pruebas multitudinarias y peligrosas que salvar, y el premio no serán mil galeones, pero os aseguro que no os arrepentiréis de haber participado.

Cada casa encontrará un obsequio en su sala común, donde aparecerán las distintas pruebas que tendrán lugar y quién deberá llevarlas a cabo. Estas pruebas serán organizadas por los premios anuales, que deberán abstenerse de participar en la competición. La casa que lleve a cabo mayor número de pruebas victoriosas será la vencedora.

Y ahora, mis queridos amigos, creo que vuestros dormitorios reclaman ser usados.”

Todos los alumnos salieron en tropel del Gran Comedor, los prefectos no daban abasto a la hora de imponer orden. Los alumnos de primer año seguían a quienes tenían túnicas con el emblema de su casa a duras penas. Al alcanzar cada grupo su propia sala común encontraron una pequeña mesita en medio de ella.

Cada mesita estaba decorada según los colores de la casa correspondiente, y sobre ella había un cojín de terciopelo con un huevo dorado del tamaño de un conejillo de indias cuidadosamente colocado en su superficie. En el huevo brillaban dos simples palabras, “Egg augea”. “Huevo dorado”, tradujeron los que sabían latín.

Aquellas palabras desaparecieron para dar lugar a otras, “Comienza el juego”.